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jueves, 17 de diciembre de 2015

Sobrevivió 13 Meses En El Mar Y Ahora Lo Acusan De Haberse Comido A Su Compañero

Sobrevivió 13 meses navegando a la deriva, pero su calvario no ha acabado. José Salvador Alvarenga fue demandado por un millón de dólares acusado de comerse, presuntamente, al compañero que viajaba con él.

El pescador, de 36 años, pagó a Ezequiel Córdoba, de 22, para que le acompañara dos días de pesca en las costas de México en noviembre de 2012. Una fuerte tormenta hizo que perdieran el control del barco, que navegó mar adentro y los dejó a la deriva. Se alimentaron de peces, aves y tuvieron que beber sangre de tortuga y orina. Pero sólo Salvador sobrevivió.

En su lecho de muerte, Ezequiel le hizo prometer que conservara su cuerpo para entregárselo a su madre y poder explicarle qué había pasado. Alvarenga navegó seis días con los restos mortales del joven, hasta que decidió arrojarlos por la borda.

Ahora, la familia de su compañero le exige una indemnización de un millón de dólares y lo acusa de canibalismo. El abogado del demandado, Ricardo Cucalón, aseguró que el sobreviviente no se comió el cuerpo del joven y acusó a la familia de Ezequiel Córdoba de querer las ganancias del libro que Salvador publicó.

"Creo que esta demanda es parte de la presión de esta familia para dividir los ingresos de los derechos de autor", dijo Cucalón. "Muchos creen que el libro está haciendo a mi cliente rico, pero lo que va a ganar es mucho menos de lo que la gente piensa", agregó el abogado.

La Insólita Historia De Un Joven Despedido Por Hacer Una Obra De Bien

Buenos Aires.- A veces ser solidario puede costar muy caro, sino preguntenle a Damián Barroca. El joven que trabajaba desde hacía cinco años en un famoso hotel de la zona de Retiro, fue despedido por realizar una obra de bien.

La historia de Damián tuvo su inicio una noche, cuando faltando unos treinta minutos para  el cierre del bar, pidió a una camarera que le ordenara 2 sándwiches de salmón. Ella también le ayudó a envolverlos en servilletas, film plástico y guardarlos. Antes de retirarse del hotel, pasada la medianoche cuando terminaba su turno, el joven tomó una manzana, una golosina y un agua sin gas. Todo esto lo guardó en una bolsa de papel y se lo entregó a una persona sin hogar que dormía todas las noches en una calle cercana.

Al día siguiente, Barroca se enteró que uno de los cocineros lo había descubierto y la noticia llegó hasta la gerencia del hotel. Por esta razón tuvo una reunión con el gerente general. Barroca se hizo cargo de lo que había hecho, se disculpó y ofreció cubrir los costos de todo lo que se llevó. El hotel no aceptó y cinco días después fue despedido con la correspondiente indemnización que le correspondía.

En su cuenta de Facebook, Barroca posteó:

"Sólo hice una buena acción, no herí a nadie… Constantemente, los gerentes, supervisores y jefes departamentales nos decían que ese era un hotel que busca satisfacer al huésped, al cliente y hacer que se vaya feliz, con ansias de regresar y tener una experiencia aún mejor que la anterior… Pero supongo que si no se hace marketing sobre la buena acción, si no se está detrás de los jefes chupándole las medias, no vale la pena hacer una obra de bien…"